Piescu comenta que le fue «regu«, sufrió mucho. «Hasta la media maratón muy bien, pero luego fatal, me harté de caminar«, nos explica. «Si no es por Jose, hoy no termino«, valora, razón por la que le da las gracias.
Olmo fue acompañando a un amigo, y resume su experiencia en una jornada en la que confiesa que «tampoco es que fuera muy fino«. «Salimos rápido e iba sufriendo mucho desde el kilómetro 21, pero no quería dejarlo solo«, resume su carrera.
Todos compartieron la alegría y el placer de reencontrarse. «Lo mejor, veros«, dice Olmo, a lo que se suma Piescu: «Pese a ser fugazmente, fue un placer«, alegría a la que también se añade Jose, porque «ya hacía tiempo» que no veía a Olmo, compañero de aventuras por las arenas del desierto.
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